domingo, 26 de septiembre de 2010

TIEMPO DE OTOÑO


Es tiempo de otoño
de lluvia,
de ocres,
de anaranjados vuelos.

Tiempo de otoño,
tiempo de mojarse.

¿Nos mojaremos...?

domingo, 12 de septiembre de 2010

ALBARRACÍN: TERUEL EXISTE





Una de las sorpresas más agradables del verano fue la posibilidad que se nos presentó, de manera espontánea y fortuíta, de conocer Teruel y alguno de sus lugares más emblemáticos: la sierra de Albarracín.


La ciudad de Teruel nos resultó acogedora y cercana y, sobre todo, accesible y fácil de recorrer andando, lo que permite desplazarse a través de sus estrechas calles, por un mundo que parece bien diseñado para hacerle fácil y cómoda la vida a sus habitantes.

Disfruté mucho descubriendo su fisonomía, los monumentos que constituyen la cima del arte mudéjar en nuestro país. Me emocionó especialmente encontrarme con la torre de San Martín, la que tantas veces había admirado en los libros de texto y contemplar los juegoss de luces y sombras sobre su fachada en un atardecer cargado de nubes amoratadas. Atravesar el viaducto que separa las dos partes de la ciudad permite admirar desde otra perspectiva una ciudad cuyo cielo parece apuntalado por las numerosas torres que desde iglesias y palacios se alzan.

Si la ciudad de Teruel nos había causado buena impresión, ni que decir tiene el impacto que nos produjo divisar a lo lejos la silueta de Albarracín, el contraste entre los tonos rojizos de sus edificaciones, a juego con la tierra y las rocas que la circundan, y el verde intenso de sus parques y jardines, de la abundante vegetación que llena de frescura los rincones de esta localidad, que bajo mi punto de vista, es una de las más bellas de nuestra geografía.

Recorrer sus calles empinadas y encontrar rincones, a cada cual más pintoresco, ha sido una de las experiencias más placenteras de este verano que está a punto de finalizar; porque a diferencia de otros pueblos que destacan por su interés paisajístico o monumental, Albarracín no está sobreexplotado turísticamente, no aparece atiborrado de tiendas de souvenir, ni tiene una excesiva oferta de establecimientos hoteleros, lo que permite explorarla y conocerla sin una excesiva masificación. No sé cómo se encontrará en el mes de agosto, pero en el mes de julio cuando estuvimos nosotros, daba gusto recorrer sus calles, entrar en bares y restaurantes sin la molesta sensación de tenerte que pelear con nadie por tomar una cerveza o por compartir una comida.


La siguiente parada la hicimos en el nacimiento del Tajo, y aquí sí tengo que decir que me sentí bastante decepcionada al ver aquel hilillo de agua que brotaba de debajo de unas piedras, después de haber contemplado numerosas cascadas y saltos de agua que aparecen en los lugares más insospechados a lo largo de la sierra.

Finalizamos el recorrido visitando el nacimiento del río Cuervo, ya en la provincia de Cuenca,lugar que yo ya conocía y que nunca deja de sorprenderte por su belleza.


De modo que sí, lo afirmo con conocimiento: TERUEL EXISTE y de qué manera...