domingo, 30 de mayo de 2010

NOCHES DE INSOMNIO





En las noches
de insomnio
busco en el aire
respuestas sordas
a mis preguntas.

Voy tejiendo
palabras encadenadas,
ríos de olvido
y grandes dosis
de no me acuerdo.

En las noches
de insomnio
cuando te nombro,
se hace pedazos la noche
y se viste de oscuro
el silencio.

domingo, 23 de mayo de 2010

ALCANZAR EL ARCOIRIS



El pasado domingo 16 de mayo fallecía como consecuencia de un cáncer de estómago, una de las voces más bellas del HEAVY METAL.

Es cierto que en vida alcanzó las cotas más altas de la fama como vocalista miembro de diversos grupos como ELF, RAINBOW, BLACK SABBATH, DIO...pero ahora pasará a formar parte de las grandes leyendas del rock.

Recuerdo la primera vez que escuché uno de los temas más conocidos de su discografía: "CATH THE RAINBOW". Mi hijo lo estaba escuchando mientras se planchaba unos pantalones. Yo me acerqué a él y le pregunté, como hago en muchas ocasiones cuando me gusta lo que escucha, que cómo se llamaba el tema y el nombre del grupo. Fue así como conocí a RAINBOW y empecé a apreciar los matices y registros de una voz que es capaz de combinar las mismas dosis de fuerza y ternura.

Me tradujo también la letra y me llamó la atención la carga poética de su texto y la gran sensibilidad de DIO al interpretarlo. Desde entonces lo he escuchado en numerosas ocasiones y siempre me ha sorprendido la ternura, la magia y la cadencia de su manera de cantar las baladas, y el desgarro y la potencia de otros temas que recrean la otra vertiente del rock más duro.

El lunes 17 de mayo, nada más llegar, y cuando yo le acababa de felicitar por su cumpleaños, mi hijo me dio la noticia: DIO, el vocalista de tantos grandes grupos musicales, que tenía previsto un concierto en Madrid en el Festival de Getafe, había fallecido el día anterior. Su mujer había comunicado en Internet la noticia mediante una carta en la que comunicaba que tenía roto el corazón y que Ronnie había pasado sus últimos instantes sereno y sintiendo el cariño de los suyos y de todos los que amaban su música.

Una vez más pusimos el Cd para rendirle un último homenaje y volvimos a renovar la admiración y el cariño que ambos sentimos hacia este intérprete excepcional.

A estas horas RONNIE JAMES DIO, habra alcanzado el ARCOIRIS, habrá alcanzado al fin el cielo en su último viaje.


domingo, 9 de mayo de 2010

MAYO




Hoy es un día de mayo. La mañana se viste y se desviste arrojando agua y sol a partes iguales. Mayo es así en esta parte del mundo, la inestabilidad atmosférica más absoluta repartida a lo largo de un mes. Amanece el día y sabes que puede llover, salir el sol, y que el cielo podrá cambiar su fisonomía innumerables veces en el transcurso de la jornada.

Cuando quiero recordar otros mayos irrumpen las lilas, las rosas mojadas por las lluvias intempestivas, las acacias en flor; la humedad en el aire o el sol que abriéndose paso entre las nubes nos devuelve la imagen de un mundo recién lavado. Como aquella mañana que desgrana la memoria cuando quiero evocar aquel tiempo que fue el principio de tantas cosas.

Entonces mi mundo, en el que me había tocado vivir y crecer y que yo misma me iba fabricando conforme a mis necesidades e ilusiones, se encontraba completo. En él todavía no faltaba nada, ni nadie.

Aquella mañana regresaba caminando a mi casa desde el centro escolar que me había correspondido como destino para realizar las prácticas de tercer curso de Magisterio. Había tenido la suerte de ir con mis mejores amigas de entonces y con el chico que me gustaba, con el que acababa de iniciar una relación.


Era una mañana azul de sol cálido, pero no agobiante. Recorría las calles que me acercaban a mi casa deteniendo la mirada en los jardines, en los árboles en flor, en las rosas y las madreselvas que se derramaban por encima de las tapias. No quería caminar demasiado deprisa, deseaba disfrutar del recorrido y de la libertad que me permitían mis veintipocos años. Me sentía en armonía conmigo misma, con mi vida, con el aire de la mañana y quería ser plenamente consciente de ese momento y que no se me olvidara.

Llegué a mi casa cerca del mediodía y allí me esperaba mi madre regando las plantas del patio y alabando la tibieza de la mañana. Me recibió con una mezcla de alborozo y ternura que denotaba que también ella se encontraba muy a gusto con su vida y el estado actual de las cosas. Entonces nuestro mundo estaba en orden, no faltaba nadie en el escenario de los días y el tiempo permitía concebir esperanzas de alegrías próximas, e ilusiones cercanas.

Permanecimos juntas, sentadas bajo las lilas hablando de nuestras cosas, regando las macetas, quitando hojas secas y plantando flores nuevas. Ella estaba tan feliz y yo tan contenta de estar allí compartiendo aquellos momentos en su compañía, que se nos pasó el tiempo muy rápido, hasta que las obligaciones y las rutinas del día se impusieron sobre la conversación y el canto de los pájaros.

Hoy esa mañana se me aparece de nuevo en la distancia del tiempo transcurrido y busco en el aire la presencia de aquel mayo, el aroma de las mismas flores que me puedan transmitir aquella antigua alegría, en un mundo recién lavado, en el que de improviso un barrido inesperado del cielo, me devuelva todo el azul.