jueves, 30 de diciembre de 2010

VIAJE


Cuando quedan pocas horas para quemar el último cartucho del año que se va, siempre se siente uno invadido por ráfagas de nostalgia. Al fin y al cabo, con todo lo positivo y negativo que haya podido tener, se nos escapa un año más que irá a engrosar la colección de calendarios en el desván de la memoria.

El 2010 para mí, a pesar del panorama general de pesimismo, crisis y malos pronósticos, ha sido un año bueno. Ha sido bueno, sobre todo porque no me ha pasado nada malo y eso ya es algo a tener en cuenta. Además me he encontrado especialmente bien conmigo misma, con mis seres queridos y en mi trabajo. Por eso no puedo negar que ha sido un año para incluír en la lista de los mejores, de los que vale la pena recordar.

Durante algunos días no me acercaré a visitaros. Tengo previsto realizar un viaje de aquellos con los que uno ha soñado desde hace tiempo, desde que en las páginas del libro de Historia viera por primera vez la silueta de una pirámide destacando sobre el desierto bajo un cielo increíblemente azul.

Antes de realizar un viaje, sobre todo si es un viaje largamente soñado y deseado, me veo envuelta en un mar de sensaciones contradictorias: ilusión y miedo se cocinan a partes iguales. En esta ocasión apuesto por la tranquilidad y la moderación, intentando reprimir accesos intempestivos de euforia, o de pesimismo. Procuraré no subirme a la parra y esperar a que sean los acontecimientos, las vivencias y las emociones las que vayan escribiendo la crónica del viaje que está por llegar.

De modo que haré lo posible por estar lo más serena y lúcida para sobrellevar el tiempo que me queda antes de subir al avión, porque os confieso que no me gusta nada volar, pero el deseo de visitar y conocer el país del Nilo puede con todos los miedos, resquemores y desconfianzas posibles. Así que prometo esforzarme por encontrarme en las mejores condiciones de emprender esta nueva aventura con la menor ansiedad por mi parte.

A la vuelta ya os contaré si lo imaginado y lo encontrado estaban en la misma zona de la realidad. Mientras tanto, quedan con vosotros mis mejores deseos para estos, y todos los días del año que está por venir y que los Reyes Magos vengan cargados de amor, ilusión, paz y alegría a partes iguales.


Os dejo un abrazo fuerte, fuerte y mi cariño.

martes, 21 de diciembre de 2010

SOLSTICIO DE INVIERNO


Me gusta la palabra SOLSTICIO. Me sugiere plenitud, horizontes amplios.

En el hemisferio norte hoy celebramos la llegada del invierno e inmediatamente después le abrimos la puerta a la NAVIDAD y al AÑO NUEVO. Es como si acabáramos de enterrar a un anciano y, a continuación tuviéramos un niño entre los brazos. Visto de esa manera cobra todo el sentido la celebración cristiana del nacimiento de Jesús.

Cuando un ser humano nace, todos los que le rodean, sus seres queridos, proyectan sobre él todas sus expectativas, sus deseos, todo lo que esperan de él en un futuro. Algo parecido nos sucede en estas fechas. De cara al año que está por venir, todo son buenos deseos.

De modo que una vez más, asoma la patita otra Navidad y volveremos a juntarnos con amigos y familiares para comer, beber y llevar a cabo esa sucesión de rituales que caracterizan a cada una de nuestras familias. Volveremos a cargar nuestros carros de la compra con toda clase de víveres y regalos, hasta hacer saltar los números rojos en nuestras cuentas; aunque este año y, por las circunstancias que todos sabemos, a lo mejor nos moderamos, procurando no desmadrarnos demasiado.

Así que aprovecho el momento para desearos a TODOS un muy feliz SOLSTICIO DE INVIERNO o lo que es igual, o parecido: una muy FELIZ NAVIDAD y un AÑO NUEVO que haga realidad todos vuestros sueños.

lunes, 13 de diciembre de 2010

HASTA SIEMPRE, MORENTE


Hoy, hace a penas unas horas, me he enterado del fallecimiento de Enrique Morente.

No soy, ni mucho menos una experta en Flamenco, ni tampoco una asidua aficionada, pero la voz de Morente era de las que han tenido la capacidad de conmoverme. Su fuerza y su desgarro parecían arañar en lo más profundo dejando salir al exterior emociones puras, sentimientos que casi dolían por su intensidad.

Después de una vida, una vida enteramente dedicada a la música, a la poesía de muchos de nuestros grandes poetas: desde San Juan de la Cruz, a Miguel Hernández, o Federico García Lorca. Ahora vendrá el mito, la leyenda.

Los seres humanos somos expertos en esperar a que alguien muera para elevarlo a los altares, aunque el día anterior lo hayamos lanzado a los infiernos. Hace apenas unos días se recordaban los 30 años del asesinato de Jhon Lennon, otro de los músicos que ya forman parte del gran album de los artistas que murieron todavía jóvenes, en la plenitud de su obra. Somos expertos también en hacer negocio de todo y especialmente de la muerte de los grandes mitos.

Enrique Morente ha muerto en la plenitud de su arte. Antes de su operación estaba comprometido en diversos proyectos que ahora quedarán interrumpidos. Era un hombre con una gran curiosidad y con una gran capacidad de innovación, de investigación; que se atrevió a fundir estilos, que se emparentó con el mestizaje hasta la médula; cuyos hallazgos no siempre fueron del gusto de todos, sobre todo de los puristas.

Yo no soy una experta en Flamenco, quizá me faltan elementos, fundamentos para juzgar su obra, pero sé que con él se ha ido una voz, un torrente, una fuerza que tenía el poder de remover sentimientos, levantar pasiones, producir emociones... hasta erizar el vello de la piel.

lunes, 6 de diciembre de 2010

2º ANIVERSARIO


Hoy no es un día como los demás, hoy hace dos años que me asomé por primera vez a esta ventana y descubrí que existía una red de complicidades, de personas que se asomaban como yo a este patio de vecinos, a esta corrala, en la que cada uno, de vez en cuando tendemos nuestra ropa y entreabrimos las contraventanas para que, a través de los visillos, los demás puedan atisbar lo que ocurre en su interior.


Durante este tiempo ha habido momentos de todas clases. Momentos en los que me he sentido fascinada, entusiasmada por los hallazgos, los descubrimientos de personas y realidades que me han enriquecido de un modo imprevisto y extraordinario; y también momentos en los que me he sentido tentada de abandonar el barco. Sobre todo cuando pasaban los días y no sabía de qué iba a escribir, o cuando después de publicar una entrada no recibía demasiadas visitas, o no quedaba realmente satisfecha de lo que había escrito. Pero pasados esos días de desánimo, encontraba alguna razón para seguir. La mejor razón ha sido siempre todos vosotros y todo lo que me habéis aportado durante estos años, esa y no otra ha sido la tabla a la que me he agarrado en muchas ocasiones para no naufragar en este mundo virtual que, entre todos, hemos ido creando.


Entretanto he aprendido a moverme en este espacio con más libertad y confianza. Al principio me costaba encontrar el punto, y me sentía, en algunas ocasiones, condicionada por la frecuencia con la que muchos publicabáis, me sentía incapaz de competir, hasta que descubrí que no tenía por qué competir, ni compararme con nadie, que no pasaba nada por seguir mi propio ritmo. Ahora publico solo cuando me apetece y tengo algo interesante que decir, y me acerco a visitaros cuando encuentro el tiempo y la motivación necesaria.


Lo cierto es que este viaje emocionante que empezó hace exactamente dos años, me ha ocupado muchas horas y algunas comeduras de coco con las que he aprendido a convivir. No puedo negar que echo de menos algunas presencias, amig@s que hace tiempo no se asoman y que enriquecían con sus puntos de vista y sus aportaciones esta red de complicidades que entre tod@ hemos ido estableciendo.

A pocos días de que llegue de nuevo otra Navidad, que empiece de nuevo el baile del consumo y de los buenos deseos, me gustaría brindar por todos vosotros y por estos dos años que me han dado la oportunidad de conoceros, descubrir vuestro modo particular de ver y estar en el mundo, y por esta realidad virtual que nos ha permitido establecer nuevos lazos.


Un abrazo.